domingo, 4 de diciembre de 2011

No puedo...


            No puedo, simplemente no puedo. Trato de alejarme, de mantener mis muros bien altos, de no permitir que me afecte, de no enamorarme… Pero es que no puedo…
            Cada vez que trato de alejarme, miles de dagas se me clavan produciéndome un dolor que nunca antes había sentido. Cada vez que intento tener mis muros bien altos, vuelves a tirarlos de una manera tan sencilla que parece que estén hechos de paja. Cada vez que intento que no me afecte, cada vez que me conciencio de que no me va a importar, me duele mucho más después todo lo que ocurre…
            Porque me es totalmente inevitable… Te quiero con todo mi ser y simplemente no entiendo como me pudo llegar a ocurrir esto… Para una vez que quiero darlo todo, entregarme y tirarme a la piscina de una vez por todas me encuentro con alguien que ya no se si de verdad me tiene algo de aprecio y simplemente esta conmigo porque no tiene otra cosa… O porque de momento está a gusto hasta que encuentre alguien con quien se sienta mejor…
            Al final ya no se si lo hace sin querer o si lo hace apropósito. Si juega conmigo o si en realidad es que es así…
            Pero sea una cosa o la otra… La realidad es que duele… Duele mucho…
            Y no me vale de nada decir, voy a dejarlo, voy a abandonar, sabía que podía pasar, lo mejor es que lo olvides… No me vale. Porque la única manera que tengo ahora de ser feliz es estando a su lado y ya puedo tener los peores momentos de mi vida que esos cinco minutos que me hace feliz, hace que lo olvide absolutamente todo y vuelva al principio del ciclo…
            Y entonces me doy cuenta de que por mucho que quiera, no puedo dejarle… Que ya es demasiado tarde, que ya estoy perdida a su merced y lo que quiera hacer conmigo, podrá hacerlo… Porque soy una marioneta que va a su merced tan solo porque me de esos minutos de gloria en donde me siento completa.
            Y marcharte para no hacerme daño no es la solución porque la soledad que me dejarás cuando te vea marchar, tardaré mucho tiempo en conseguir que desaparezca.
            Daría lo que fuera porque te sintieras tan bien como me siento yo cuando estoy a tu lado…Porque me quisieras como yo te quiero… Porque te tiraras a la piscina sin miedo y conmigo…

domingo, 11 de septiembre de 2011

El despertar...

                La luz empezó a colarse entre las cortinas de la ventana ya que con la pasión del momento no había recordado bajar la persiana para evitar este momento. Mi cara mostró el desencanto al haberme despertado de esa manera tan poco agradable y me estiré de forma sonora abarcando lo máximo que podía en la cama. Y en ese momento lo noté, la piel suave de la persona que me acompaña en ese momento.
                Abrí los ojos poco a poco debido a la molestia que causaban los rayos del sol y cuando la vi ahí tumbada dándome la espalda mientras notaba su respiración tranquila, mostré una gran sonrisa. No se había ido esta vez como era costumbre cada vez que pasábamos la noche juntos ¿Sería un descuido o sería que algo había cambiado?
                Me acerqué lentamente a ella y pase mis dedos de forma delicada por su espalda desnuda, notando una a una cada una de sus vértebras y acariciándolas con delicadeza como quien está tocando una obra de arte. Luego posé mi mano en su cintura y uní el espacio que quedaba entre mi pecho y su espalda mientras le daba un beso lleno de ternura en su hombro.
                Ella pareció reaccionar ante mis gestos con un ligero temblor de su cuerpo y luego elevó su brazo primero buscando mi cara y luego, cuando la localizó, la empezó a acariciar tiernamente y yo cerré los ojos disfrutando del gesto y dándole un beso en la mano. Luego ella se giró quedando boca arriba y abrió poco a poco los ojos.
                Cuando nuestras miradas se encontraron ambos mostramos todo el cariño que sentíamos en ese momento, sin tapaderas, ni falsas caras, ni ninguna cosa parecida. Simplemente lo que sentíamos en ese momento lo mostramos el uno al otro sin tapujos. Y yo me sentí feliz, totalmente completo al ver como esa chica que me volvía loco se mostraba ante mi tal y como era, algo que ocurría en muy pocas ocasiones.
                Un impulso nació en mi reaccionando ante esa mirada y me acerqué para unir nuestros labios primero en un beso lento dándole en el todo el amor que procesaba por ella y luego aumenté la intensidad mientras ella me abrazaba con sus brazos y acariciaba con delicadeza mi espalda y yo posaba mi mano en su estómago y daba círculos despacito alrededor de su ombligo.
                Cuando nos separamos, yo mantuve mis ojos cerrados un rato más mientras suspiraba sonoramente mostrando en ese suspiro la paz que sentía en ese momento. Cuando volví a abrir los ojos, ella me miraba divertida.
                -¿Qué ocurre?-susurré observando su cara.
                -Tu cara fue graciosa-dijo mientras reía levemente. Me encanta su risa, era tan natural y tan llena de vitalidad que sin querer siempre me contagiaba y acaba o sonriendo o riéndome con ella. Como respuesta le di un breve beso.
                Luego llevé mi mirada a la ventana en donde ya un sol potente se veía a través de ella. No hacía falta ver el reloj para saber que debían de ser casi las 12 de la mañana. Tenía una pregunta en mente pero no sabía si soltarla o no. Tenía miedo de saber su respuesta y casi prefería imaginarme que los motivos por los que todavía me acompañaba era porque quería estar conmigo.
                Ella me observaba con sus ojos inquisidores que pone cuando trata de saber que concho se me pasa por la mente. Yo volví los ojos hacia ella y sonreí al verla con esa cara que ya se estaba volviendo una costumbre en ella. Luego traté de besarla para que no hiciese su pregunta estrella pero se apartó ligeramente de mí y me soltó:
                -¿Qué pasó?-dijo haciéndose como la ofendida.
                -Nada mujer-solté yo atrayéndola hacia mí. Ella seguí negándose.
                -Nada no… ¿Qué pasó?
                Suspiré pero esta vez con cansancio, sabía que podía seguir evitando el tema pero ella al final se ofendería de verdad, aunque no lo aparentara, y sería peor el remedio que la enfermedad. Siempre conseguía saberlo todo de mí.
                -¿Cómo es que todavía sigues por aquí hoy?
                Ella me observó y durante un instante pude ver las dudas en sus ojos sobre que decir. Luego se encogió de hombros mientras cerraba los ojos y cuando los volvió a abrir ya no había rastro de esas dudas.
                -No sé… Se me dió por ahí-dijo mientras sonreía y acortaba el espacio entre nuestros labios dándome un breve beso.
                Yo sonreí con cansancio… Como odiaba esa respuesta… Luego ella se levantó de la cama mostrando todo el encanto de su cuerpo a los rayos del sol. Yo la miré perdido en mis sentimientos mientras ella iba poco a poco recogiendo sus ropas y luego empezaba a vestirse.
                Cerré los ojos tumbándome boca arriba en la cama ¿Para qué habría preguntado nada? Si me hubiese inventado otra cosa como hacía aveces quizás aún la tuviera a mi lado. Pero tuve que sacar el tema y ella una vez más escapaba. Huía de su miedo que irónicamente era yo…
                Cuando volví a abrir los ojos ella ya no estaba en la habitación. Seguramente en unos segundos escucharía la puerta de la entrada abrirse, como todas las mañanas que ella marchaba mientras pensaba que aún estaba dormido, y no volvería a saber de ella hasta la tarde cuando yo la llamase para quedar un día más desde hacía ya unos cuantos meses… Desde que nos habíamos conocido.
                Pero para mi sorpresa, en esos segundos ella volvió a aparecer en la habitación vestida y preparada para irse, se acercó a mí me dió un beso totalmente apasionado y luego al separase y dándome la espalda me susurró:
                -O quizás fuera porque me apetecía quedarme…contigo.
              Y se fue mientras yo me quedaba mirando la puerta porque la que había desparecido con cara de tonto enamorado. ¡Oh dios si! Estaba perdidamente enamorado de esa mujer que un día de estos me iba a volver loco.
                Loco de amor.

viernes, 29 de julio de 2011

Mi droga...

Camino por la calle, lentamente, sin prisa, apoyando con sutileza los pies contra la acera mojada. Mirada al frente perdida en la oscuridad de la noche y con las manos en los bolsillos de mi pantalón, aparentando arrogancia.

Observo todo con frialdad en mis ojos, con gesto serio en mi cara, como despreciando todo lo que me rodea, como si nada me importara... La luna blanca y redonda me muestra mi camino sin un objetivo concreto, tal solo el hecho de caminar y pensar todo lo que me preocupa en mi interior pero mi cuerpo no quiere expresar.

De toda la gente que me rodeó, de toda la gente que me entregó su ser, tuve que fijarme exactamente en esa persona... en la única que no podía obtener, en la imposible, en la que me conquistase sin poder hacer nada por remediarlo...

Su presencia despreocupada, su odio por el mundo, su indiferencia, su gesto serio, sus miedos, sus dudas, su mirada... Una mirada que me lo dice todo sin decir nada, que me habla...que me susurra lo que su corazón no quiere decir. La que me hace ilusionarme, la que me hace mantener la esperanza, la que me enamoró sin darme cuenta...

Cuantas veces me he burlado de toda esa tontería de si el amor, de si querer a alguien, de si estar por siempre con esa persona, compartirlo todo, vivir un sin fin de cosas... Que ignorante era de cuan importante es ese sentimiento en los humanos. De lo especial y único que es sentir eso dentro de ti... Todas esas personas que han conseguido amar a alguien sin ninguna limitación deberían sentirse afortunadas.

Pero los humanos también somos ambiciosos y no nos limitamos a poder sentir eso sino que también lo queremos... lo queremos para nosotros porque ya no nos vale con sentir ese "éxtasis" que nos da una vez a la semana o un par de veces... No... lo necesitamos cada vez más tiempo, como una droga a la que te vuelves adicto poco a poco...

Puede que todo salga bien, que la persona te corresponda, que necesite también de esa droga y por tanto compartir su vida contigo se convierta en una necesidad. Entonces ambos serán felices durante el tiempo que dure su adicción y sentirán ese subidón cada día cuando se miren, cuando se acaricien, cuando se susurren palabras bonitas al oído, cuando hagan el amor de manera desenfrenada en cada rincón de la casa...

Pero... ¿y si la otra persona no te corresponde? ¿Y si no quiere estar contigo? Entonces entras en un bucle con dos polos opuestos... Primero el del día que todo está bien, que no te hace falta nada más que su compañía y el segundo que es cuando todo está mal, cuando echas en falta a esa persona, cuando suplicas por estar en su presencia, cuando te falta su mirada, sus gestos, sus palabras, sus caricias, su ser...

Y te vuelves loco... Loco por amor literalmente... te vuelves extremista, te falta la estabilidad de tu droga... un día la tienes y al siguiente parece que no... Te vuelves aún más adicto. Es tan difícil conseguir esa droga que cuando la tienes la sensación de bienestar, de éxtasis... se multiplica por 10 o por 100 o sabe dios por cuanto. Pero lo valoras mucho más y te aficionas mucho más a ella. Te enamoras mucho más...

Y entonces comienzan tus cambios de humor. Un día estás feliz, al segundo triste, luego enrabietado, contento, frustrado, alegre... Tu vida se vuelve una autentica montaña rusa y cuando te das cuenta, cuando quieres escapar, ya es demasiado tarde.

Ya estás enganchado. Te das cuenta de que aunque busques en otros brazos lo que te da esa persona, siempre...Siempre, la tendrás en tus pensamientos y siempre, volverás a caer en sus brazos cuando aparezca de nuevo.

El amor es una droga, el amor es una burla... Que se ríe de nosotros dándonos todo lo que queremos y quitándonoslo cuando lo necesitamos... Y aún así... Aún sabiendo todo lo malo que puede tener, todo lo mal que lo puedes pasar...

Me encanta... Simplemente me encanta... Y volvería a montarme en esta montaña rusa una y otra y otra vez... Hasta que quizás un día, encuentre mi droga diaria. Encuentre la persona que quiera la droga que le ofrezco todos los días de su vida... Porque a pesar de todo lo malo que tiene este sentimiento... La parte buena, lo supera con creces...

La parte buena... Vale la pena.

jueves, 14 de julio de 2011

Me emborraché…

La música del local retumba en mis oídos pero ni siquiera soy capaz de saber que mierda está sonando. Intentó observar que tengo delante pero mi mirada está nublada a causa de todo el Ron que llevo dentro… Casi ni soy capaz de mantenerme sentado en el taburete contra la barra del bar. Mi cabeza da vueltas y siento unas ganas de vomitar sorprendentes… ¿Cómo pude llegar a este estado?
                Ni siquiera me gustaba el Ron y ahí estaba, hincando el codo para terminar aquella copa y malamente poder pedir otra a la camarera que si no fuera porque la veo malamente y doble casi diría que me ve con pena. Como todas las demás chicas con las que me había liado los días anteriores antes de terminar tirado en alguna esquina de la ciudad.
                Apoyo mi cabeza sobre mis brazos mientras hago algo que debería sonar a un suspiro. Hace unas semanas era el chico más feliz de aquel planeta y hoy… ni siquiera puedo decir cómo me siento… Simplemente no siento. ¿Qué fue lo que ocurrió?
                Bueno…si se lo que ocurrió… Que ella se marchó sin una despedida, sin una nota, sin nada… pero ¿Por qué? Pensaba que todo iba bien, que era feliz a mi lado, que pasaríamos mucho tiempo juntos… Pero volví a hacerme ilusiones precipitadas, volví a equivocarme otra vez. Como odiaba confiar en alguien, en pensar que era diferente, en enamorarme perdidamente, darlo todo y que al final no sirva para nada…
                Solo para recordar todos aquellos buenos momentos con nostalgia y pensar que concho pasaría si no hubiese acabado como acabo, si hubiese tenido otro final. Llega mi copa otra vez y casi de un trago me bebo la mitad de ella. Podría ponerme agua, cerveza o cualquier otra cosa en aquella copa que ni siquiera notaría la diferencia de la borrachera que llevo.
                Quizás sienta decepción, quizás tristeza, frustración, rabia, melancolía…no sabía definir exactamente que sentimiento tenía ahora mismo dentro de mí. A lo mejor era una mezcla de todas, quien sabe. Intenté tomarme el resto de la copa cuando una mano me lo impidió. Traté de girarme para ver quien fue pero lo copa, la silla, aquella persona y yo acabamos en el suelo debido al desequilibrio que sufrí por obvias razones.
                Como pude traté de ver a quien aplastaba con mi cuerpo mermado y a pesar de que mis condiciones no eran las mejores, aquella mirada la hubiese reconocido en cualquier lado. Sin duda aquella persona era ella… y lloré…lloré todo lo que no había llorado los días anteriores,  lloré todo el alcohol bebido todos esos días en que me sentí solo,  lloré los días de su ausencia, de su abandono… Y al final me dormí.
                Nunca recordaré que más pasó aquella noche, solo que me desperté con un fuerte dolor de cabeza y solo. SI no fuera por la nota que reposaba en la mesita de noche, podría llegar a decir que haberla visto fue parte de mi imaginación traicionera. Me levanté lentamente y cogí la carta. Su nombre estaba escrito en el sobre y lo repasé con la yema de mi dedo índice.
                Dentro contenía una carta, quizás con explicaciones de porque se fue, quizás con un perdón por todo lo pasado, quizás con un siempre recuerdo todos los momentos vividos o quizás con un volveré. Fuese lo que fuese lo que ponía esa carta nunca llegué a leerla. La quemé junto con todo lo que sentía por ella y todo lo que sentí estos últimos días. Lo que me hizo fue algo que tardaría muuucho tiempo en perdonar y ahora solo necesitaba seguir con mi vida solo.
                Me levanté, fui al baño y me miré al espejo. Y en vez de ver mi aspecto seguramente muy desmejorado, la vi a ella… Y como una despedida a todas las locuras echas estos últimos días susurré…
“Y mírame, aún sigo siendo el mismo que era antes de ayer, Cuando aún te quería”

lunes, 20 de junio de 2011

Empecemos de cero...

Rabia...Una inmensa rabia siento ahora mismo mientras miro el paisaje que ofrece el balcón de mi habitación. Decepción... una gran decepción mientras pego otro sorbo a mi vaso lleno de Whisky. Frustración...frustación por ver que otra vez vuelves a vivir lo mismo de siempre.

La historia vuelve a repetirse y es que no falla...¡No falla! Llega un cambio en tu vida y otra vez vuelvo a encontrarme en ese momento de desprenderme de todo, de dar una cambio radical a todo... Otra vez tengo esa sensación de explotar, de rebentar, de mandar a la mierda a todos, de pensar que nada vale la pena...

Lo que más rabia me da es la sensación de que juegan contigo, de que te usan, de que te dan lo que quieres mientras puedan usarte y luego cuando ya no le vales ya no te dan nada... Esta claro que no hay nadie que de las cosas por dar...que siempre se pide algo a cambio.

Joder y eso es lo que más odio de todo... Es lo que más odio de la gente... ¡Esa puta necesidad de usar a todo el mundo! Llega el verano, carrera terminada, ya ayudaste en lo que fue necesario y ahora me gustaría saber cuantas de esas personas cuando llegue septiembre seguiré teniendo contacto. Ojala me equivoque pero me da a mi que pocas serán...Y quizás ninguna...

Luego normal que te encuentres con gente que les cuesta confiar... ¿Cómo no vas a ser desconfiado si te dan por saco todo el rato? ¿Cuándo lo raro es encontrar a gente que te de por dar las cosas?

Aprendí a desconfiar, a intentar no encariñarme con la gente tan rápido, a conocer que hay gente mala, que hay gente que no tiene corazón... Que te usa sin piedad y te suelta sin dudar. Pero aún así... pensé que había conocido a gente diferente, a gente en la que de verdad podía confiar... Pero todo el mundo es igual, todo el mundo al final acaba mirando por su culo...

Y siento decepción, decepción por no ser capaz de ser así también. Porque al final acabo siendo la tonta de siempre, que ayuda a todo el mundo sin pensarlo y al final...Te encuentras sola. Sola y además sabiendo que todo el mundo jugó contigo.

Depcepción por ser la chica que siempre sonrie y no ser capaz de mostrar al mundo la rabia que llevo dentro, por no ser capaz de lanzar una mala mirada, por no ser capaz de mostrarme seria porque realmente en ese momento quiero estar seria. Por no ser capaz de mostrar que aunque esté de coñas todo el rato si hay que ser serios se es...

Solo muestro aveces una parte de toda esa rabia, cuando ya estoy al limite, cuando ya salto mal... Y entonces, soy la mala. La gente ya se enfada y yo pienso "hay que joderse".

Un día de estos de verdad que voy a rebentar y volveré al tiempo en donde lo raro era verme una sonrisa, lo raro era verme ayudar a alguien, donde era una hija de puta como todo el mundo...

Porque aquí nadie se salva... Ni siquiera yo... Por que si quiero joder a la gente, como vosotros, yo también soy capaz.

Viva el verano señores... El momento en donde cada uno vive su vida... Y que coño... ¡Hacen bien!

Necesito una isla desierta, sin interner ni mierdas de estas, sin telefono, sin gente... En definitiva, sin absolutamente nada, en donde pueda estar desconectada de todo y volver como si no hubiese conocido a nadie. Volver a empezar de cero todo. Tan solo teniendo a tu familia a tu lado, que aunque también tiene sus tonterías, sabes que no van a jugar contigo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Y Colorín, Colorado… Este cuento se ha acabado…

O este capítulo como digo yo. Y es que sin darme cuenta, ya ha pasado un año entero y me encuentro en ese momento que todos llevamos pensando sin parar durante estos doce meses. Doce meses que dieron para tantas ideas, tantos cambios, tantas maneras de ver las cosas, tantos desprecios y también aprecios y muchas cosas más… y de pronto pum… Ahí está esa fecha, ese momento que llevas tanto tiempo imaginando.
Y no te lo crees. Te sientes que no te lo crees. ¿Terminar ya el curso? Imposible… ¿Qué hayan pasado ya cuatro años? No puede ser… Pero si, ahí están esos cuatros años y te encuentras con casi un título bajo el brazo y una montaña enorme frente a ti que tienes que pasar.
Menos mal que aprendimos algo de Orientación este cuatrimestre (Repito, “Algo” xD) y más o menos crees que puedes ir zafando esa montaña. Montaña llena de nuevas experiencias, vivencias, seguramente gente nueva que entre tu vida, gente se quede por el camino y no vuelvas a ver más, quizás tu primer trabajo, tus primeras decepciones en él, darte de cuenta de que como la vida de estudiante no hay ninguna, esperar a que llegue las vacaciones del curro para disfrutar de un poco de libertad xDD
Vamos… Que llega la vida Real. Después de estar 21 años encerrada en una burbujita perfecta, esta explota y te encuentras con todo ante ti. Con todo lo bueno y con todo lo malo…
Y toca seguir, paso a paso con buen pie y paciencia. Esperemos que alguna de las cosas que tengo en mente me salga bien…
De momento… A las 9:00 Urólogo… Me encanta mi nueva vida xDD


lunes, 30 de mayo de 2011

Adiós Compañero.

No encuentro las palabras adecuadas para poder describir como me encuentro ahora mismo. Hoy es uno de esos días que deseas olvidar, hacer como si no hubiese pasado o simplemente no haberlo vivido. Pero es ley de vida, es algo que pasa y aunque es muy, muy triste tienes que aprender a vivir con ello.
Hoy hemos dado nuestro último adiós a un compañero que tenía sus sueños como todos nosotros y una larga y gran vida por delante con muchos triunfos lo más seguro. Una persona que hoy se demostró que mucha gente quería y apreciaba. No había sitio en donde se realizó el acto de despedida para acogernos a todos, imaginaros cuantas personas había.
Y aunque nunca fui una persona muy cercana a él, es algo que no deseas que le pase a absolutamente a nadie. Es algo…super triste que te deja tocado quieras o no quieras. Ver a la familia llorando, amigos, la hermana sujetando ese ocho que le quitó la vida… Fue algo muy, muy duro que no se olvida con facilidad. Si yo ya me siento mal, no quiero saber cómo se sentirá toda esa gente que era tan cercana a él.
Esta pequeña publicación va por Guille. Porque nadie merece que le pase algo así en la flor de la vida. Por ser un gran compañero de clase.
Pero la vida sigue, hay que vivir el día a día, disfrutar al máximo, dejarse de tonterías ya que nunca sabes que te podrá pasar.
D.E.P.

sábado, 14 de mayo de 2011

Una Carta...

Fecha: 27/01/2009

Hola:

Supongo que te parecerá raro empezar a leer todo esto. Podría contártelo de otra manera pero no me atrevo a decírtelo sino es mediante esto. Además, así no podrás alcanzarme una vez lo termines de leer, en el caso de quieras hacer alguna locura. Bueno, sinceramente, ahora mismo ni siquiera se si te la daré de verdad. Quizás simplemente lo escriba para quedarme yo más tranquila.

Ya casi puedo ver tu cara de extrañado y quizás pensando “que venada le acaba de dar a esta”. Bueno, supongo que es normal. Todo el mundo tiene secretos. Pero en este caso, este secreto no me deja tener una vida tranquila, ni ser quien de verdad soy.

¿Recuerdas cuando nos conocimos? Va a hacer ahora ya un añito. Yo acababa de terminar los exámenes y me dedicaba a la buena vida de estudiante de 1º de universidad, entre clase y clase. Y entre esas clases, un día apareciste tú. Sinceramente, el primer día ni siquiera me causaste una buena impresión jaja Me pareciste demasiado mmm como decirte…. Demasiado educado y bueno. Eras un chico raro y quizás, en el fondo, fue eso lo que me engancho. Además de tu pelo corto entre rubio y castaño, suelto al aire, tus ojos verdes con los que me mirabas y tu bella sonrisa. Pero sobre todo, tu voz. Dios, ¡escuchar tu voz se convirtió en una droga para mi todo este tiempo! No se cuanto tiempo nos pasamos hablando, pero lo que si se, es que esa mañana me perdí las restantes clases sin darme ni siquiera cuenta.

Y a partir de ese día, vinieron otros muchos más. Encontrarnos y pararnos hablar, como si fuéramos amigos de toda la vida, se convirtió en algo de lo más natural para nosotros. Era como si conectáramos perfectamente, eras la ficha del puzzle que me faltaba.

Pronto pasó el cuatrimestre y llegaron los exámenes, en donde tu como buen caballero, y ya gran amigo mío sin remedio, te ofreciste a ayudarme a estudiar. Que tardes esas. Compartir cada tarde contigo, en el salón de tu casa, era tocar el cielo cada día. ¿Por qué no me di cuenta de todo esto antes?

Nunca lo sabré…supongo que en el fondo ya admitía que estarías conmigo para siempre. Pero claro, pensar no vale de nada, ya que nadie puede leer la mente de otra persona. Nos llegó el verano tras unos exámenes, que a pesar de casi no haber estudiado nada, nos habían salido muy bien. Empezamos a quedar casi todos los días para ir a cualquier lado, con tal de estar los dos juntos. A compartir cosas, que antes no hacíamos.

El calor del verano no ayuda cuando se trata de que dos personas se crean solo amigos. Pero claro, ¿no íbamos a pasar toda la vida pensando eso,  no? Llegaron los días antes a irme de viaje y tú estuviste más raro de lo normal. Me desviabas la mirada, evitabas que nos cogiéramos la mano como siempre. No sabía que te pasaba….hasta que me enteré. Te habías enamorado de mí.

Realmente, nunca supe por que esa tarde de verano, 31 de julio, te rechace. Se que te parecerá raro pero no se por que lo hice. Y ahora me arrepiento tanto de haberlo echo. Y es eso lo que más me duele ahora mismo. El echo de pensar que hubiese pasado si esa tarde, de verdad te hubiese dicho lo que sentía pero aún no lo quería ver.

Y me fui. Durante un mes en donde no volvimos a hablarnos. Deberían haber sido unas bonitas vacaciones, visitando París. Pero en cada esquina, en cada calle, en cada pareja que cruzaba ante nosotros… solo nos veía a los dos juntos. Y es lo normal, después de todo, París es la ciudad del amor pero mi amor estaba a kilómetros de distancia y yo sin darme cuenta. Solo pensaba que echaba de menos a mi amigo, que ingenua era ¬¬”

Cuando volví y nos reencontramos en la universidad, supe que nada volvería a ser lo mismo. Unas barreras se habían construido entre nosotros durante este mes separados y parecía imposible tirarlas abajo. Y todo el mundo lo notó, notó nuestro distanciamiento. Lo que antes eran unas mañanas paseando por la universidad junto a ti, ahora se convirtió en un corre que te corre entre clase y clase para no llegar tarde, o en sentarse en una mesa para hacer un trabajo. Nuestras conversaciones se limitaban a cuando salíamos todos juntos un jueves o sábado o a simples “holas” en el pasillo. ¿Dónde había quedado todo lo que habíamos pasado juntos?

Y los meses corrieron sin piedad, sin que nosotros mejoráramos. Hasta que llegó mi cumpleaños. Seguramente, el alcohol de esa noche ayudo bastante. Pero esa noche, todas las barreras volvieron a romperse. Y por esa noche, a ti te dio igual que te rechazara y a mi me dio igual que te viera solo como amigo. Esa noche, mientras me agarrabas por la cintura y me pegabas a ti para bailar una canción movida, no nos importó nada más, que nosotros dos y esa canción “One more Night” ¿Recuerdas?

Al día siguiente, cuando nos volvimos a ver, supe que no volveríamos a ser lo que éramos pero si que podíamos acercarnos algo a lo que fuimos. Tu dolor al verme y mi ignorancia respecto a mis sentimientos, lo impedía. Pero fuimos tirando mientras los días seguían pasando. Para mi tenerte a mi lado era algo tan normal, como el hecho de tener que comer todos los días. Nunca me paraba a pensar que no dejabas de ser un hombre, y que como hombre tus ojos se cruzaban con mujeres que te eran atractivas. No podía pensarte compartiendo, lo que compartías conmigo, con otra mujer.

Pero pasó. Y mi imaginación se volvió realidad. Mi triste y actual realidad. Apareció otra chica para quitar mi clavo y poner el suyo. Y yo noté de esta forma tan dura, como sangraba dentro de mí….el clavo que tú tenías clavado profundamente en mi corazón.

Suelen decir “más vale tarde que nunca” pero en mi caso es mejor decir “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” por que por mucho que ahora sepa lo que siento por ti, no va cambiar nada. Tú ahora eres feliz y eso en el fondo, es lo que me importa. Tu felicidad.

No se si al final, algún día llegarás a leer esta carta. Ni tampoco si llegarás a leer estas líneas finales. Pero si lo haces, que sepas que tu marca en mi vida fue una bonita historia mientras duró. Pero como todo lo bueno tiene un final, el nuestro es hoy. No me guardes rencor por intentar alejarme de tu vida pero yo no soy la chica fuerte y valiente que te creías. Yo no puedo soportar estar a tu lado sabiendo lo que se a pesar de que tu hiciste lo mismo por mi. ¿Egoísta? Puede ser, pero no puedo remediarlo.

Son las 8 de la mañana, un nuevo día empieza a nacer y con el… mi nueva vida, sin ti a mi lado. Nunca te olvidaré del todo, por algo eres mi primer amor, y por primera y última vez, quiero que sepas que te quiero.

Adiós.

viernes, 6 de mayo de 2011

Son Miradas...

                Existen muchas maneras de mirar. Miradas que trasmiten todo lo que quiere transmitir la persona, miradas que ocultan más de lo que expresan, miradas que tratan de mostrar algo pero no saben cómo, miradas frías e intimidantes… Y muchos, muchos tipos o maneras de mirar que quizás nunca a llegas a verlas todas. Pero es curioso que las personas busquen de manera incesante una sola manera de mirar. Aquella que le da la persona a la que quieren. Ese brillo en la mirada que notas cuando te observan. Esa pequeña sonrisa acompañada de la felicidad que muestra su mirada, esa felicidad que tú le das porque estás a su lado. Todo el mundo busca esa dependencia de tener alguien a su lado con quien pasar su vida, con quien compartirlo todo, con quien sentirse vivo y querido pase lo que pase.
                Nunca entendí porque la gente se volvía tan loca con esto. Porque dependía tanto de esa otra persona, porque sufría lo indecible por poder volver a tener esa mirada a su lado, esa sonrisa, ese cariño que les falta… No lo entendía hasta que lo viví…
                Un día, sin un porque, cuando menos me lo esperaba, cuando menos lo pensaba…De pronto apareció… Se cruzó en mi camino. Su presencia llena de seriedad e indiferencia pero sin embargo…con unos ojos que expresaban todo aquello que su cuerpo se negaba a mostrar… Como una cárcel que encerraba todo el sentimiento que llevaba por dentro y que solo se podía ver a través de dos pequeñas ventanas con rejas…
                Fue una sensación de lo más extraña. Mi estómago parecía estar revuelto, mis manos temblaba ligeramente y mis respiración se paró durante los instantes que mis ojos se cruzaron por primera vez con la mirada de la persona que se mostraba ante mí. Y después de la sensación extraña, vino la atracción… Una atracción que provocaba que me acercara, que provocaba la necesidad en mí de saber quién era persona que en un solo segundo había cambiado en mí la manera de ver algo que antes no podía entender.
                Y empecé a conocer a esa persona, poco a poco, paso a paso, con paciencia y sin decaer. Y cuanto más conocía más me gustaba… No tenía una razón lógica, no podía explicar porque esa persona me gustaba de esa manera. ¿Qué tenía de especial? Y entonces la miraba a los ojos y lo veía… Esa manera de decirte todo pero sin decirte nada. Sus miedos, sus dudas, su necesidad de mantenerme a su lado pero sin agarrarme con la mano… El cariño que transmitía con su mirada…
                Me encantaba… Simplemente me encanta… Esa mezcla de emociones que tenía en tan solo una mirada… Mientras su mano me decía adiós, su mirada me decía quédate. Mientras su mirada mostraba un miedo enorme ante lo que estaba pasando, me abrazaba con fuerza sin dejarme escapar, sin permitir que me fuera de su lado.
                ¿Dónde había quedado esa persona indiferente que había conocido? Seguía ahí a mi lado, mirando los coches pasar mientras pensaba en sabe dios qué. Pero ¿qué era diferente ahora?
                Que ya no veía a esa persona con los mismos ojos. Para mí no era la persona indiferente que conocí… Era una persona que mostraba las cosas a su manera. Que decía con la boca no mientras su cuerpo decía sí. Empecé a entender su manera de decirme las cosas, empecé a entender que me gustaba aprender todo lo posible de esa persona…
                Tirarme horas sentada a su lado mientras hablamos de momentos de nuestras vidas y nos miramos con intensidad, mientras mi mano acaricia la suya o mientras la suya acaricia mi cara con delicadeza…
                Durante esas horas que compartimos para mí el mundo desaparece. Es como darle al pause y que nada ocurra a tu alrededor. Solo estamos nosotros dos y nuestras experiencias en la vida, nuestros momentos compartidos, nuestras dudas, nuestras valías, nuestras muestras de cariño, nuestras risas, nuestras miradas… Miradas que dicen tantas cosas….
                Cada momento que comparto con esta persona, cada momento que estoy con esta persona… Es lo mejor que me ha pasado en tiempo, lo disfruto al máximo y me da una sensación de tranquilidad… De paz…Que podría pasarme toda la vida abrazándole y disfrutando de su mirada…
                Siempre me consideré una chica feliz, que aprecia las cosas que tiene sin ser muy ambiciosa… Pero lo que ahora siento… Es algo que nunca antes había sentido… Algo que me llena por dentro, me completa…
                Una mirada…Una simple mirada y ya puede caer una bomba a mi lado que yo quedaré hipnotizada por esa mirada, con una sonrisa tonta en la cara y sintiéndome la chica más afortunada por poder tener este sentimiento dentro de mi…
                               
               
               

sábado, 23 de abril de 2011

Escribe un Título Aquí...

¿Cómo resumir todo lo que llevas vivido hasta ahora en un solo título?

Cuando tienes tantos recuerdos en tu mente...Recuerdos buenos, recuerdos malos, Recuerdos alegres, recuerdos tristes, recuerdos llenos de ilusiones, otros llenos de decepción, recuerdos de amores encontrados, que la mayoría se fueron perdiendo o desapareciendo, recuerdos de esperanza en una vida mejor, recuerdos de impotencia al ver que no levantas cabeza...Tantos recuerdos y de tantos tipos que poner un título a tu vida se vuelve complicado...

¿Qué decir?

Que la vida está formada por pequeños capítulos de un libro que vas escribiendo y a los cuales si puedes ir poniendo títulos. Capítulos que vas acabando para poder empezar otros. Pero no son capítulos separados ya que uno es el continuo del otro. No olvidas el anterior al empezar el siguiente sino que aprendes de ese capítulo cerrado para poder vivir mejor el siguiente.

Cuando no eres capaz de cerrar ese capítulo pasado, entras en un círculo vicioso de recuerdos en un pasado mejor que ya no eres capaz de disfrutar de tu presente, de tu vida Actual. No pasas página, no cierras una etapa de tu vida y entonces no vives tu presente...

Cada uno elige la vida que quiere tener dentro de las circunstancias de las que partimos al nacer pero también la vida te va llevando por su camino para terminar donde tienes que terminar, decidas lo que decidas. Puedes llamarlo destino si quieres pero para mi no existe ni las casualidades ni nada parecido.
Cuando algo te ocurre es porque tiene que ocurrirte y tu tienes que aprender de ello ya que esa experiencia solo ocurrirá una vez en tu vida. Si la dejas pasar, estás dejando pasar un gran aprendizaje que te ayudaría a ser mejor persona.

No sé donde estaré mañana ya que el futuro ahora mismo no quiero saberlo, ni tampoco se si llegaré a el. Pero si se donde estoy ahora…En mi casa, frente a mi ordenador, escribiendo esta paranoia mental mientras me termino otra cerveza y pienso ¡Joder! Me gusta mi vida.

A pesar de que aveces piense que me gustaría poder borrar todos mis recuerdos para poder empezar de cero en otra vida sin cometer los errores de esta. Pero eso si es un error, no puedo vivir otra vida sin cometer estos errores. Porque no recordaré lo que hice y por tanto volveré a cometer, si no son los mismos, errores parecidos.

Así que a pesar de todo lo que he hecho mal, a pesar de todas las malas experiencias que he vivido, a pesar de todas las veces que pensé en mandar a la mierda todo… Me gusta mi vida, me gustan mis recuerdos y me gusta que esos recuerdos me hayan enseñado a ser feliz en la vida.

Porque no van a ser los buenos recuerdos los que me den la felicidad, no… Serán los recuerdos malos los que me enseñen a valorar lo grandiosos que son esos buenos recuerdos…esas pequeñas tonterías que vives cada día. Te enseñan a disfrutar del día a día. Y entonces es cuando te sientes Feliz de tener la vida que tienes. Aceptas tu día a día. Disfrutas de todo lo que tienes sin perder la ilusión por lo que puedas conseguir. Pero si no lo consigues no pasa nada, otras cosas mejores vendrán después mientras tu sigues feliz en tu día a día.

Ya sabes… La vida es una ironía que te da una de cal y otra de arena. Cuando te de la parte buena, disfruta todo lo que puedas, y cuando te de la parte mala, aprende todo lo que te enseña ya que después de la tormenta siempre vuelve a salir el Sol. Y cuando vuelva a salir ese sol, lo valorarás mucho más.

…Acepta el pasado…Disfruta el presente…Y el futuro… ya pensarás en el cuando toque =)
Y sobretodo…Aceptate y Quiérete a ti mismo, con todos tus defectos y virtudes ya que si tu eres el primero que no te quieres, nadie te querrá.

Un día de estos dejaré la bebida… Lo prometo xD