Secretos
que ocurren entre las sábanas de mi cama, miradas cómplices, sonrisas sin
complejos, besos llenos de pasión, caricias atrevidas debajo de la ropa que
empieza a sobrar… Entre esas sábanas yo te miro a los ojos y tú me miras
durante un instante hasta que apartas la mirada avergonzada y yo sonrío… Qué
guapa eres dios…
Entre
sábanas fuimos intercambiando palabras de nuestra vida, nos fuimos conociendo
mientras entre palabra y palabra nos íbamos comiendo a besos. Tú posabas tus manos
en mi cara y yo las posaba en tu perfecta cintura…
Entre
sábanas fue pasando la noche oscura y nosotras totalmente ajenas al mundo. Tú
me acariciabas la cara, me observabas como queriendo recordar cada milímetro de
mi rostro y yo miraba tus preciosos ojos mientras sonrío inevitablemente y te
pregunto que en qué estarás pensando….
Entre
sábanas confiesas la felicidad que sientes en ese momento… momento casi
perfecto e inolvidable que siempre decimos que terminara al llegar el alba pero
que repetimos cada noche… como amantes del pecado…
Entre
sábanas florecen suspiros placenteros que desprende tu boca bajo mis cuidadosas
caricias… Caricias que recorren tu piel blanca de porcelana y suave acompañados
de besos que encienden tu mirada y tu rostro enrojecido…
Entre
sábanas fueron ocurriendo secretos que no saldrán a la luz del alba… pero fue
llegando esa luz y las dos abrazadas respirando pausadamente, los ojos cerrados
y dos bellas sonrisas iluminando nuestra cara…
Entre
sábanas te me fuiste… dejando un detalle en mi mesilla para quizás otra visita
futura para recuperarlos… Yo queriendo que lo hicieses y tú queriendo hacerlo…
Queriendo volver a caer... otra noche más… entre los secretos de estas sábanas…
Me quema… Me quema por dentro… Estar haciendo algo que cada
vez te gusta menos. Dedicarle tu vida, tus horas, tu pasión, tus ganas, tu todo…
a algo que cada vez lo soportas menos. Y lo peor no es eso… lo peor es que te
cmabia tu humor, te cambia tu manera de ver las cosas, te cambia tu manera de
tratar a la gente, tu apariencia, tu amor por tu trabajo, tu dedicación…
Llegas a casa con ganas de meterte en cama y no levantarte
en un mes… y cuando lo hagas que sea porque la mierda que estas pasando
terminara…
Estoy cansada, cansada de tener que sonreir porque tengo que
hacerlo, de callar porque es lo mejor, de decir que estoy bien cuando no lo
estoy, de tener que contestar bien queriendo decirte la bordería más grande,
cansada de tratar mal a la gente que me quiere sin tener culpa ninguna…
Y cansancio al final quema… te quema por dentro y al final
no valoras nada… ni lo que haces, ni lo que no haces, ni lo que hacen por ti o
no hacen… no valoras nada. Simplemente quieres que todo termine y cambiar de
camino porque te das cuenta de que te has equivocado…
Este pequeño escrito va por toda esa gente que me aprecia de
verdad y que no está recibiendo mi mejor cara por causas externas…
No puedo,
simplemente no puedo. Trato de alejarme, de mantener mis muros bien altos, de
no permitir que me afecte, de no enamorarme… Pero es que no puedo…
Cada vez
que trato de alejarme, miles de dagas se me clavan produciéndome un dolor que
nunca antes había sentido. Cada vez que intento tener mis muros bien altos,
vuelves a tirarlos de una manera tan sencilla que parece que estén hechos de
paja. Cada vez que intento que no me afecte, cada vez que me conciencio de que
no me va a importar, me duele mucho más después todo lo que ocurre…
Porque me
es totalmente inevitable… Te quiero con todo mi ser y simplemente no entiendo
como me pudo llegar a ocurrir esto… Para una vez que quiero darlo todo,
entregarme y tirarme a la piscina de una vez por todas me encuentro con alguien
que ya no se si de verdad me tiene algo de aprecio y simplemente esta conmigo
porque no tiene otra cosa… O porque de momento está a gusto hasta que encuentre
alguien con quien se sienta mejor…
Al final ya
no se si lo hace sin querer o si lo hace apropósito. Si juega conmigo o si en
realidad es que es así…
Pero sea
una cosa o la otra… La realidad es que duele… Duele mucho…
Y no me
vale de nada decir, voy a dejarlo, voy a abandonar, sabía que podía pasar, lo
mejor es que lo olvides… No me vale. Porque la única manera que tengo ahora de
ser feliz es estando a su lado y ya puedo tener los peores momentos de mi vida
que esos cinco minutos que me hace feliz, hace que lo olvide absolutamente todo
y vuelva al principio del ciclo…
Y entonces
me doy cuenta de que por mucho que quiera, no puedo dejarle… Que ya es
demasiado tarde, que ya estoy perdida a su merced y lo que quiera hacer
conmigo, podrá hacerlo… Porque soy una marioneta que va a su merced tan solo
porque me de esos minutos de gloria en donde me siento completa.
Y marcharte
para no hacerme daño no es la solución porque la soledad que me dejarás cuando
te vea marchar, tardaré mucho tiempo en conseguir que desaparezca.
Daría lo
que fuera porque te sintieras tan bien como me siento yo cuando estoy a tu lado…Porque
me quisieras como yo te quiero… Porque te tiraras a la piscina sin miedo y
conmigo…
La luz empezó a colarse entre las cortinas de la ventana ya que con la pasión del momento no había recordado bajar la persiana para evitar este momento. Mi cara mostró el desencanto al haberme despertado de esa manera tan poco agradable y me estiré de forma sonora abarcando lo máximo que podía en la cama. Y en ese momento lo noté, la piel suave de la persona que me acompaña en ese momento.
Abrí los ojos poco a poco debido a la molestia que causaban los rayos del sol y cuando la vi ahí tumbada dándome la espalda mientras notaba su respiración tranquila, mostré una gran sonrisa. No se había ido esta vez como era costumbre cada vez que pasábamos la noche juntos ¿Sería un descuido o sería que algo había cambiado?
Me acerqué lentamente a ella y pase mis dedos de forma delicada por su espalda desnuda, notando una a una cada una de sus vértebras y acariciándolas con delicadeza como quien está tocando una obra de arte. Luego posé mi mano en su cintura y uní el espacio que quedaba entre mi pecho y su espalda mientras le daba un beso lleno de ternura en su hombro.
Ella pareció reaccionar ante mis gestos con un ligero temblor de su cuerpo y luego elevó su brazo primero buscando mi cara y luego, cuando la localizó, la empezó a acariciar tiernamente y yo cerré los ojos disfrutando del gesto y dándole un beso en la mano. Luego ella se giró quedando boca arriba y abrió poco a poco los ojos.
Cuando nuestras miradas se encontraron ambos mostramos todo el cariño que sentíamos en ese momento, sin tapaderas, ni falsas caras, ni ninguna cosa parecida. Simplemente lo que sentíamos en ese momento lo mostramos el uno al otro sin tapujos. Y yo me sentí feliz, totalmente completo al ver como esa chica que me volvía loco se mostraba ante mi tal y como era, algo que ocurría en muy pocas ocasiones.
Un impulso nació en mi reaccionando ante esa mirada y me acerqué para unir nuestros labios primero en un beso lento dándole en el todo el amor que procesaba por ella y luego aumenté la intensidad mientras ella me abrazaba con sus brazos y acariciaba con delicadeza mi espalda y yo posaba mi mano en su estómago y daba círculos despacito alrededor de su ombligo.
Cuando nos separamos, yo mantuve mis ojos cerrados un rato más mientras suspiraba sonoramente mostrando en ese suspiro la paz que sentía en ese momento. Cuando volví a abrir los ojos, ella me miraba divertida.
-¿Qué ocurre?-susurré observando su cara.
-Tu cara fue graciosa-dijo mientras reía levemente. Me encanta su risa, era tan natural y tan llena de vitalidad que sin querer siempre me contagiaba y acaba o sonriendo o riéndome con ella. Como respuesta le di un breve beso.
Luego llevé mi mirada a la ventana en donde ya un sol potente se veía a través de ella. No hacía falta ver el reloj para saber que debían de ser casi las 12 de la mañana. Tenía una pregunta en mente pero no sabía si soltarla o no. Tenía miedo de saber su respuesta y casi prefería imaginarme que los motivos por los que todavía me acompañaba era porque quería estar conmigo.
Ella me observaba con sus ojos inquisidores que pone cuando trata de saber que concho se me pasa por la mente. Yo volví los ojos hacia ella y sonreí al verla con esa cara que ya se estaba volviendo una costumbre en ella. Luego traté de besarla para que no hiciese su pregunta estrella pero se apartó ligeramente de mí y me soltó:
-¿Qué pasó?-dijo haciéndose como la ofendida.
-Nada mujer-solté yo atrayéndola hacia mí. Ella seguí negándose.
-Nada no… ¿Qué pasó?
Suspiré pero esta vez con cansancio, sabía que podía seguir evitando el tema pero ella al final se ofendería de verdad, aunque no lo aparentara, y sería peor el remedio que la enfermedad. Siempre conseguía saberlo todo de mí.
-¿Cómo es que todavía sigues por aquí hoy?
Ella me observó y durante un instante pude ver las dudas en sus ojos sobre que decir. Luego se encogió de hombros mientras cerraba los ojos y cuando los volvió a abrir ya no había rastro de esas dudas.
-No sé… Se me dió por ahí-dijo mientras sonreía y acortaba el espacio entre nuestros labios dándome un breve beso.
Yo sonreí con cansancio… Como odiaba esa respuesta… Luego ella se levantó de la cama mostrando todo el encanto de su cuerpo a los rayos del sol. Yo la miré perdido en mis sentimientos mientras ella iba poco a poco recogiendo sus ropas y luego empezaba a vestirse.
Cerré los ojos tumbándome boca arriba en la cama ¿Para qué habría preguntado nada? Si me hubiese inventado otra cosa como hacía aveces quizás aún la tuviera a mi lado. Pero tuve que sacar el tema y ella una vez más escapaba. Huía de su miedo que irónicamente era yo…
Cuando volví a abrir los ojos ella ya no estaba en la habitación. Seguramente en unos segundos escucharía la puerta de la entrada abrirse, como todas las mañanas que ella marchaba mientras pensaba que aún estaba dormido, y no volvería a saber de ella hasta la tarde cuando yo la llamase para quedar un día más desde hacía ya unos cuantos meses… Desde que nos habíamos conocido.
Pero para mi sorpresa, en esos segundos ella volvió a aparecer en la habitación vestida y preparada para irse, se acercó a mí me dió un beso totalmente apasionado y luego al separase y dándome la espalda me susurró:
-O quizás fuera porque me apetecía quedarme…contigo.
Y se fue mientras yo me quedaba mirando la puerta porque la que había desparecido con cara de tonto enamorado. ¡Oh dios si! Estaba perdidamente enamorado de esa mujer que un día de estos me iba a volver loco.
Camino por la calle, lentamente, sin prisa, apoyando con sutileza los pies contra la acera mojada. Mirada al frente perdida en la oscuridad de la noche y con las manos en los bolsillos de mi pantalón, aparentando arrogancia.
Observo todo con frialdad en mis ojos, con gesto serio en mi cara, como despreciando todo lo que me rodea, como si nada me importara... La luna blanca y redonda me muestra mi camino sin un objetivo concreto, tal solo el hecho de caminar y pensar todo lo que me preocupa en mi interior pero mi cuerpo no quiere expresar.
De toda la gente que me rodeó, de toda la gente que me entregó su ser, tuve que fijarme exactamente en esa persona... en la única que no podía obtener, en la imposible, en la que me conquistase sin poder hacer nada por remediarlo...
Su presencia despreocupada, su odio por el mundo, su indiferencia, su gesto serio, sus miedos, sus dudas, su mirada... Una mirada que me lo dice todo sin decir nada, que me habla...que me susurra lo que su corazón no quiere decir. La que me hace ilusionarme, la que me hace mantener la esperanza, la que me enamoró sin darme cuenta...
Cuantas veces me he burlado de toda esa tontería de si el amor, de si querer a alguien, de si estar por siempre con esa persona, compartirlo todo, vivir un sin fin de cosas... Que ignorante era de cuan importante es ese sentimiento en los humanos. De lo especial y único que es sentir eso dentro de ti... Todas esas personas que han conseguido amar a alguien sin ninguna limitación deberían sentirse afortunadas.
Pero los humanos también somos ambiciosos y no nos limitamos a poder sentir eso sino que también lo queremos... lo queremos para nosotros porque ya no nos vale con sentir ese "éxtasis" que nos da una vez a la semana o un par de veces... No... lo necesitamos cada vez más tiempo, como una droga a la que te vuelves adicto poco a poco...
Puede que todo salga bien, que la persona te corresponda, que necesite también de esa droga y por tanto compartir su vida contigo se convierta en una necesidad. Entonces ambos serán felices durante el tiempo que dure su adicción y sentirán ese subidón cada día cuando se miren, cuando se acaricien, cuando se susurren palabras bonitas al oído, cuando hagan el amor de manera desenfrenada en cada rincón de la casa...
Pero... ¿y si la otra persona no te corresponde? ¿Y si no quiere estar contigo? Entonces entras en un bucle con dos polos opuestos... Primero el del día que todo está bien, que no te hace falta nada más que su compañía y el segundo que es cuando todo está mal, cuando echas en falta a esa persona, cuando suplicas por estar en su presencia, cuando te falta su mirada, sus gestos, sus palabras, sus caricias, su ser...
Y te vuelves loco... Loco por amor literalmente... te vuelves extremista, te falta la estabilidad de tu droga... un día la tienes y al siguiente parece que no... Te vuelves aún más adicto. Es tan difícil conseguir esa droga que cuando la tienes la sensación de bienestar, de éxtasis... se multiplica por 10 o por 100 o sabe dios por cuanto. Pero lo valoras mucho más y te aficionas mucho más a ella. Te enamoras mucho más...
Y entonces comienzan tus cambios de humor. Un día estás feliz, al segundo triste, luego enrabietado, contento, frustrado, alegre... Tu vida se vuelve una autentica montaña rusa y cuando te das cuenta, cuando quieres escapar, ya es demasiado tarde.
Ya estás enganchado. Te das cuenta de que aunque busques en otros brazos lo que te da esa persona, siempre...Siempre, la tendrás en tus pensamientos y siempre, volverás a caer en sus brazos cuando aparezca de nuevo.
El amor es una droga, el amor es una burla... Que se ríe de nosotros dándonos todo lo que queremos y quitándonoslo cuando lo necesitamos... Y aún así... Aún sabiendo todo lo malo que puede tener, todo lo mal que lo puedes pasar...
Me encanta... Simplemente me encanta... Y volvería a montarme en esta montaña rusa una y otra y otra vez... Hasta que quizás un día, encuentre mi droga diaria. Encuentre la persona que quiera la droga que le ofrezco todos los días de su vida... Porque a pesar de todo lo malo que tiene este sentimiento... La parte buena, lo supera con creces...
La música del local retumba en mis oídos pero ni siquiera soy capaz de saber que mierda está sonando. Intentó observar que tengo delante pero mi mirada está nublada a causa de todo el Ron que llevo dentro… Casi ni soy capaz de mantenerme sentado en el taburete contra la barra del bar. Mi cabeza da vueltas y siento unas ganas de vomitar sorprendentes… ¿Cómo pude llegar a este estado?
Ni siquiera me gustaba el Ron y ahí estaba, hincando el codo para terminar aquella copa y malamente poder pedir otra a la camarera que si no fuera porque la veo malamente y doble casi diría que me ve con pena. Como todas las demás chicas con las que me había liado los días anteriores antes de terminar tirado en alguna esquina de la ciudad.
Apoyo mi cabeza sobre mis brazos mientras hago algo que debería sonar a un suspiro. Hace unas semanas era el chico más feliz de aquel planeta y hoy… ni siquiera puedo decir cómo me siento… Simplemente no siento. ¿Qué fue lo que ocurrió?
Bueno…si se lo que ocurrió… Que ella se marchó sin una despedida, sin una nota, sin nada… pero ¿Por qué? Pensaba que todo iba bien, que era feliz a mi lado, que pasaríamos mucho tiempo juntos… Pero volví a hacerme ilusiones precipitadas, volví a equivocarme otra vez. Como odiaba confiar en alguien, en pensar que era diferente, en enamorarme perdidamente, darlo todo y que al final no sirva para nada…
Solo para recordar todos aquellos buenos momentos con nostalgia y pensar que concho pasaría si no hubiese acabado como acabo, si hubiese tenido otro final. Llega mi copa otra vez y casi de un trago me bebo la mitad de ella. Podría ponerme agua, cerveza o cualquier otra cosa en aquella copa que ni siquiera notaría la diferencia de la borrachera que llevo.
Quizás sienta decepción, quizás tristeza, frustración, rabia, melancolía…no sabía definir exactamente que sentimiento tenía ahora mismo dentro de mí. A lo mejor era una mezcla de todas, quien sabe. Intenté tomarme el resto de la copa cuando una mano me lo impidió. Traté de girarme para ver quien fue pero lo copa, la silla, aquella persona y yo acabamos en el suelo debido al desequilibrio que sufrí por obvias razones.
Como pude traté de ver a quien aplastaba con mi cuerpo mermado y a pesar de que mis condiciones no eran las mejores, aquella mirada la hubiese reconocido en cualquier lado. Sin duda aquella persona era ella… y lloré…lloré todo lo que no había llorado los días anteriores, lloré todo el alcohol bebido todos esos días en que me sentí solo, lloré los días de su ausencia, de su abandono… Y al final me dormí.
Nunca recordaré que más pasó aquella noche, solo que me desperté con un fuerte dolor de cabeza y solo. SI no fuera por la nota que reposaba en la mesita de noche, podría llegar a decir que haberla visto fue parte de mi imaginación traicionera. Me levanté lentamente y cogí la carta. Su nombre estaba escrito en el sobre y lo repasé con la yema de mi dedo índice.
Dentro contenía una carta, quizás con explicaciones de porque se fue, quizás con un perdón por todo lo pasado, quizás con un siempre recuerdo todos los momentos vividos o quizás con un volveré. Fuese lo que fuese lo que ponía esa carta nunca llegué a leerla. La quemé junto con todo lo que sentía por ella y todo lo que sentí estos últimos días. Lo que me hizo fue algo que tardaría muuucho tiempo en perdonar y ahora solo necesitaba seguir con mi vida solo.
Me levanté, fui al baño y me miré al espejo. Y en vez de ver mi aspecto seguramente muy desmejorado, la vi a ella… Y como una despedida a todas las locuras echas estos últimos días susurré…
“Y mírame, aún sigo siendo el mismo que era antes de ayer, Cuando aún te quería”
Rabia...Una inmensa rabia siento ahora mismo mientras miro el paisaje que ofrece el balcón de mi habitación. Decepción... una gran decepción mientras pego otro sorbo a mi vaso lleno de Whisky. Frustración...frustación por ver que otra vez vuelves a vivir lo mismo de siempre.
La historia vuelve a repetirse y es que no falla...¡No falla! Llega un cambio en tu vida y otra vez vuelvo a encontrarme en ese momento de desprenderme de todo, de dar una cambio radical a todo... Otra vez tengo esa sensación de explotar, de rebentar, de mandar a la mierda a todos, de pensar que nada vale la pena...
Lo que más rabia me da es la sensación de que juegan contigo, de que te usan, de que te dan lo que quieres mientras puedan usarte y luego cuando ya no le vales ya no te dan nada... Esta claro que no hay nadie que de las cosas por dar...que siempre se pide algo a cambio.
Joder y eso es lo que más odio de todo... Es lo que más odio de la gente... ¡Esa puta necesidad de usar a todo el mundo! Llega el verano, carrera terminada, ya ayudaste en lo que fue necesario y ahora me gustaría saber cuantas de esas personas cuando llegue septiembre seguiré teniendo contacto. Ojala me equivoque pero me da a mi que pocas serán...Y quizás ninguna...
Luego normal que te encuentres con gente que les cuesta confiar... ¿Cómo no vas a ser desconfiado si te dan por saco todo el rato? ¿Cuándo lo raro es encontrar a gente que te de por dar las cosas?
Aprendí a desconfiar, a intentar no encariñarme con la gente tan rápido, a conocer que hay gente mala, que hay gente que no tiene corazón... Que te usa sin piedad y te suelta sin dudar. Pero aún así... pensé que había conocido a gente diferente, a gente en la que de verdad podía confiar... Pero todo el mundo es igual, todo el mundo al final acaba mirando por su culo...
Y siento decepción, decepción por no ser capaz de ser así también. Porque al final acabo siendo la tonta de siempre, que ayuda a todo el mundo sin pensarlo y al final...Te encuentras sola. Sola y además sabiendo que todo el mundo jugó contigo.
Depcepción por ser la chica que siempre sonrie y no ser capaz de mostrar al mundo la rabia que llevo dentro, por no ser capaz de lanzar una mala mirada, por no ser capaz de mostrarme seria porque realmente en ese momento quiero estar seria. Por no ser capaz de mostrar que aunque esté de coñas todo el rato si hay que ser serios se es...
Solo muestro aveces una parte de toda esa rabia, cuando ya estoy al limite, cuando ya salto mal... Y entonces, soy la mala. La gente ya se enfada y yo pienso "hay que joderse".
Un día de estos de verdad que voy a rebentar y volveré al tiempo en donde lo raro era verme una sonrisa, lo raro era verme ayudar a alguien, donde era una hija de puta como todo el mundo...
Porque aquí nadie se salva... Ni siquiera yo... Por que si quiero joder a la gente, como vosotros, yo también soy capaz.
Viva el verano señores... El momento en donde cada uno vive su vida... Y que coño... ¡Hacen bien!
Necesito una isla desierta, sin interner ni mierdas de estas, sin telefono, sin gente... En definitiva, sin absolutamente nada, en donde pueda estar desconectada de todo y volver como si no hubiese conocido a nadie. Volver a empezar de cero todo. Tan solo teniendo a tu familia a tu lado, que aunque también tiene sus tonterías, sabes que no van a jugar contigo.